21 mayo, 2009

efímeros I



Ayer recordé que mi guitarra tiene dos cuerdas que tocadas al aire dan un mi, y aunque esto no hay ley física que lo corrobore, es la nota que más vibra. Pensé en todas las veces que casi sin darme cuenta salen disparados, de mis dedos a la cuerda y de la cuerda a la atmósfera. Poco a poco llenamos la ciudad de “mis” como interrogantes de lluvia, como noches templadas, como besos no dados …



1 comentario:

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

Qué hermoso es tu pescador de estrellas. Qué hermoso también ese mí que creo oír si cierro los ojos.

un beso