29 agosto, 2005



Síndrome del hormigón

Pena de arrastre,
Pena de domingo sin mañana,
Pena negra algo Lorquiana,
Pena que huele a pasado
de los mercados cerrados,
del apagón de los cines,
pena de los patitos feos
de los pantanos sucios.

Pena de las puertas cerradas
sin gemidos dentro,
pena de los príncipes de mis cuentos
que no llegan a violetas,
de las calles que no has visto,
de los bares que no cerramos,
pena de camisa que aún no has
arrancado.

Pena,
y la tarde avanza.
Pena,
y me duermo entre tus brazos
dibujados en el aire,
y respiro grandes y asfixiantes bocanadas...

de pena.

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