27 octubre, 2008

Cosas de locos I







Jorge ya había vivido muchas vidas dentro de su vida. Él sabía que los que veian el tiempo como una unidad inquebrantable se equivocaban, no era clarividencia, ni megalomanía, era una forma humilde de explicarse las sonrisas sin volver a la tediosa cordura. Cada cual tiene su manera de ver el tiempo. Un dia mi alma gemela me contó que le gustaba visualizar el año como una rueda, o un reloj. Diciembre estaba a las doce, junio a las seis y así repartía los meses con una fina aguja que los recorría, el invierno de bajada y el verano de subida con fuerzas renovadas.

Una vida donde caben varias vidas, una delicada red. Jorge a menudo practicaba aquello de parar el tiempo, lo había conseguido, pero era su secreto. También sabía que uno podia concentrarse en vivir muy rápido para luego aminorar la marcha hasta casi detenerse y así disfrutar los momentos que de verdad valían la pena.

Jorge está loco, pero sonrie todo el rato.

1 comentario:

Alicia Cañellas dijo...

Genial... y me parece curiosa pero acertada la manera de ver el año como un reloj... Lo de la subida en épocas cálidas y la bajada en los meses de frío es tan cierto como el respirar.
Besotes!