04 junio, 2010

De hogueras...






Gritarle al mar desde un espigón no solo es un acto de belleza. También resulta como desinfectante. Es como una hoguera de San Juan. Que el fuego consuma la ansiedad y la arena sucia de impaciencia y que queden las cenizas y el aire fresco lleno de sal.

Gritarle al mar desde un espigón es un acto de amor.

Y ahora hay paz.

1 comentario:

Cristina dijo...

31.10.2009
jamás olvidaré esa noche.