-Es fantástico vivir como un alma y ver día a día la eternidad de las personas, siendo testigo de lo que sienten, pero a veces la existencia espiritual es poco para mí. Quisiera dejar de bajar suspendido en el aire, sentir mi propio peso, poner límite a mi infinidad y atarme a la tierra, Quisiera decir en cada uno de mis pasos, en cada ráfaga de viento, ahora y ahora y ahora, y no decir para siempre, hasta la eternidad. Ocupar un puesto en la mesa y jugar a cartas, que me saluden, aunque sea con un gesto.
El tiempo que dedicamos ayudando a los demás es solo una apariencia. Aparentamos ayudar al más débil de los contendientes en una pelea nocturna, aparentamos pescar un pez, aparentamos sentarnos en la barra de un bar, aparentamos comer y beber. Cuando en un picnic en el campo esperamos el cordero asado y el vino, no es verdad, si no apariencia. No es que quiera jugar con un niño o plantar un árbol hoy mismo, pero sería ya un gran paso. Poder llegar a casa después del trabajo y como Philipp Marlow darle de comer al gato. Tener fiebre, ensuciarme los dedos con el periódico, emocionarme no solo como espíritu si no por una comida, por la forma de un cuello, de una oreja. Mentir, sin parar, sentir el peso de mis huesos al caminar, adivinar algo en lugar de saberlo todo siempre. Ah! Y Oh! Y Ay! o Caramba! En lugar de sí y Amén.
-Sí, e incluso poder ser malos alguna vez. Enfrentarnos a todos los demonios que se cruzan con las personas, pelearnos y echarlos de este mundo. ¡Ser salvajes!
-O saber al fin que se siente al quitarse los zapatos bajo la mesa y estirar los dedos de los pies, descalzos, así.
-Estar solo, indefenso, estar serio. Nosotros solo somos espontáneos dentro de nuestra gravedad. Solo podemos observar, acumular, ver, certificar, proteger, ser espíritus. Siempre a distancia, siempre en silencio…
"Cielo sobre Berlín" Wim Wenders